Ilustración de Las Lobas de Machecoul de Alejandro Dumas
Este poema se publicó originalmente en Lekibbutzdeveraeikon
A ese hombre alrededor del cual esta loba gravita...
En la noche
el alma de la piedra
aflora
con la forma de un lobo
que sobre ella
aúlla a la luna
Poco a poco
su lamento
le rasga la garganta
como el arco
la cuerda del violín
Hasta que un temblor lo sacude
y la música
se hace sangre
En la mañana
el cazador
encuentra el cadáver
soñando sobre un lecho
de diminutas rocas
Como miríadas de estrellas
que cansadas de brillar
en la cresta del cielo
con un gesto de despecho
deciden al unísono
apagarse
y caerse
El lobo
permanece impertérritocon las fauces abiertas
en un último aullido
de bienvenida a la muerte
La que fue su vida yace
en ese charco carmesí
todavía caliente
en el que la carne precaria del hombre
parece soñar un corazón
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La luna reclama tu aullido