Marina Anaya
Hacerme pajarito entre tus ramas
Lustrar con mis plumas
el haz de tus hojas
Ofrecernos al sol,
umbilicales
Imitar nuestras sombras
gatos en el tejado
Alumbrar panes al alba
y arrojar al vientre del río
las piedras del corazón
Observar como se hunden
retratando sobre el agua
nuestras órbitas concéntricas
-intuir que el infinito
se conjuga en el instante-
Y sobre todo reír
rugiente y sazonado
con el aliento del mar
batiéndonos las bocas